31/8/09

Viaje colectivo…



21/07/09


Eres la espera de hielo

en el ruido de una noche mojada…

Me caminas en cada parpadeo,

eres la última parada…


La elegancia anclada…

a mis alas terrestres.

El suelo de tu mirada…

deseando mis muertes.


Esa gota ácida…

que altera mis arenas.

Ese recuerdo sin faro, que baja…

en cabello de sirenas.


El abismo ahoga su perno

al río que prorroga…

Vagando entre cielo y averno

dilatando entre viernes la soga…


Guiada por el vicio…

vagando entre cielo y averno

Guiada, a contraaviso…

llegaré al paraíso.


Eres hielo,

eres hoguera,

eres el gas…

Eres aire del cielo,

eres hubiera,

eres porque fuiste, lo que serás…

Eres brigada,

melodía y su arqueta…

Eres la ciudad callada…

serás el planeta…

Eres mi última parada…



Asesina… no


25/6/09

Se despierta el reloj
ya no vuelve a dormir…

Un segundo, un momento

dilatado en una voz que no muere…

que no nace…


Te tranquiliza una certeza

que reposa sobre la cuerda imaginaria,

que reposa… para fingir,
solo fingir que no respira

En el aire… un vaivén

En la mente una mueca…

que no expresa nada

por no saber que expresar,

porque quien la ve…
ya no es su muñeca.

Solo se escucha el anhelo

el aire olvidó aquellos sonidos
Solo se escucha el anhelo…

a que no los recuerde otro motivo


Un charquito de emociones

inunda lento el tocador…

Corre una de culpa,

la sigue otra de miedo…

Y quiero que alguna ría,

que alguna ría…


Algunos me verán beber

y dirán que soy asesina...

No lo soy…

Es solo la sed de no querer
firmar mi propia sentencia…
y el llanto de quien puede

llegar a soñar en mi esencia…


Quiero sangrar… por mí

Quiero sangrar…

sin robar otra sangre

Quiero sangrar…

pero no mañana
Quiero sangrar… para que sea
como quien sabe amar,
como quien ama con sangre…

Quiero sangrar…

y ser solo yo quien sangre.

Añoranza…

Roja ironía,

infantil agonía…



Pañuelo…



16/06/09

De vista tan solo acera

y una que otra esquina abandonada.

Los pies solo siguen… la mente para.

De cualquier forma, todo es nada.


Me detengo en seco…

Un quejido en los huesos,

buscando decisión…

Mis piernas, como la bisagra

de aquel tu viejo portón…


A las tres, una banca con tu nombre

escrito sin tinta aquella noche…

A las nueve, un pasaje perdido

que dejé tirado en tu reproche…

Y a las doce…

A las doce se angustia la casa,

mi cena servida…

fría, pues serán ya las doce.


Ya el café, ya tu reflejo…

camuflado entre el tabaco, la lluvia,

el ruido y tu consejo.

Ya me ves con mi pañuelo…

ya lo quieres en tus manos.


Se desata la guerra,

se riegan las palabras…

Amarra la risa

y aquella mirada…

Me ciegan tus dedos, lo subes de escala

El pañuelo…

ya no está en mi garganta.


Ahora camino tus tinieblas,

ahora guías mi esplendor…

Alquilas mi pañuelo esta noche,

mañana….

lo desatarás al albor.