Hoy resuena el eco de mi sangre… si la sabiduría existe, hoy le he visto la garganta. A veces quisiera ser él, a veces solo quisiera no ser yo. A veces soy lo mejor. Pronto se relajará la hierba, me dejará… lo presiento, sí. Le demostraré que tienen pies… sus palabras; que sí, que hay más que conjugación. Que no se pudre el pecho, ni todo lo demás… que no me comerán, sin haber sido más que desecho. Que soy, que seré, más que un recuerdo de futuro; más, que la estrella que cumplió su función. La gravedad no pondrá sus dedos en mi bujía, no habrán cenizas frías cerca… ya las helará el pueblo si quiere, ya las atraparán del viento, tal vez de alguna corriente. La balanza no me hundirá, no la bañará el señor de las agujas del redondel… no la vestirá su sedimento. Lo cantaré en vivo, y si se quiere a capela… para mí, para él, y para Ese.. para los dos. Y para los que quieran. Y ni la sirena será digna de reposar en mi metáfora, cada página la entregarán al susurro, unos labios vírgenes… Será la melodía más hermosa.
Agradezco muchas cosas, en definitiva una de ellas es el privilegio de poder pronunciarlo con sentido…
Y es que hay voces, hay voces…
Curioso personaje.